Lucy de Guardado

EL MILAGRO QUE DIOS A HECHO EN MI VIDA A TRAVÉS DE FIHNEC

MI Nombre es Lucy de Guardado, esposa de Abraham Heriberto Guardado; ambos miembros y servidores en FIHNEC. Nos conocimos hace 42 años en Sonsonate. Estando muy enamorados, jóvenes y con muchos planes para nuestro futuro, a los dos meses de estar juntos nació nuestra primera hija, 3 años después nació la segunda y 6 años después la tercera.

Yo una ama de casa muy joven, sin conocimiento de finanzas ni de administración y mi amado esposo un empleado con mucha visión. Desde el inicio fuimos una pareja muy dedicada y esforzada; nos convertimos en empresarios y logramos tener cuatro negocios; pero así como vino el éxito también comenzamos a construir nuestro propio fracaso.

Mi amado esposo se perdió en los placeres. Yo por mi lado no teniendo ninguna experiencia en finanzas comencé a administrar los negocios de manera errada; gastando más de lo que se ganaba. Ambos hicimos del dinero nuestro dios y poco a poco fuimos perdiendo tod aquello que con tantos sueños y esfuerzos habiamos  logrado.  Nos envolvimos en grandes deudas con las empresas proveedoras, las cuales eran imposibles de pagar. El estrees generando por esta situacion, nos llevaba a discusiones que cada día eran más fuertes. El amor que un día me profesó mi esposo se fue convirtiendo en odio y resentimiento porque sentí que perder todo el dinero que con esfuerzo habíamos obtenido, era el golpe más grande que un hombre puede recibir.

Todos estos problemas Dios los utilizó para enseñarnos a ser humildes y darnos cuenta que no sólo habíamos perdido todo el dinero sino también la unión y el amor familiar;.

3 años más tarde Dios mandó un ángel que invito a  mi esposo Abraham a FIHNEC, a los quince días de estar asistiendo a las reuniones capitulares lo enviaron a su primer SAEL, donde tuvo su primer encuentro con el Espíritu Santo. Sintió como Dios fue hablando a su vida a través de las charlas,  y tuvo la  revelación que el culpable del fracaso económico también había sido responsabilidad de el.

 Esa noche al salir de una charla tomó el teléfono y me llamó; me pidió perdón y el empezo a anhelar que toda la familia conociera y sintiera el amor de Dios como el lo había experimentado.

Han pasado 12 años desde aquella noche maravillosa, donde empezó el proceso hermoso donde mis hijos y yo tambien tuvimos un encuentro personal con Jesús.

Dos  años después de estar en fraternidad mi amado Abraham, me propuso matrimonio, y  asi juntos empezamos a vivir una etapa, en la que le pedimos a Dios que nos enseñara amarnos, que sanara nuestras finanzas, que nos hiciera libres de toda atadura y que hiciera milagros creativos en nuestra familia. Hoy somos una familia restaurada, unida, protegida, libre y amada por un Dios que conocimos a través de FIHNEC.Somos testigos que Dios cumple Sus promesas, cambió el odio por amor y ahora nuestra familia es parte de LA GENTE MÁS FELÍZ DE LA TIERRA.

Con amor para ti que nos lees,